El trastorno de despersonalización se manifiesta en un sentimiento persistente o recurrente de estar separado del propio cuerpo o de los propios procesos de pensamiento. Habitualmente, este fenómeno va acompañado de la percepción de ser un observador externo de la propia existencia.

Los pacientes, comúnmente, hacen referencia a sus síntomas con gran dificultad y no pueden describir sus emociones. En algunos casos, de hecho, pueden temer o creer que se están volviendo locos. A diferencia de un trastorno psicótico, las personas que experimentan despersonalización siempre mantienen la conciencia de que sus experiencias de distanciamiento no son reales.

Una persona con trastorno de despersonalización se siente desconectada de sus sensaciones o del mundo exterior experimentando una sensación de irrealidad, extrañeza y profundo desapego del entorno o de sí mismo. Puede observar, por ejemplo, sus propias acciones desde el exterior, como en un sueño, sintiendo que el cuerpo o las emociones no le pertenecen.

En este post desentrañaremos información relevante acera de este trastorno (considerado una forma de trastorno disociativo). Todo de la mano de nuestro equipo de profesionales.

Posibles causas de la despersonalización

En general, el trastorno de despersonalización se desencadena por un evento estresante importante. Además, el deterioro de la experiencia y la percepción de uno mismo también puede ocurrir transitoriamente como síntoma de otras afecciones, ansiedad, ataques de pánico y depresión

La despersonalización puede aparecer también en situaciones de riesgo vital, intoxicaciones agudas con diversas sustancias (como marihuana, alucinógenos, ketamina y éxtasis), trastornos convulsivos (convulsiones, ictus, etc.) o privación del sueño.

El caso es que es un síntoma común o probable de estos problemas:

• Alcoholismo
• Ansiedad
• Ataque de pánico
• Depresión mayor
• Trastorno límite de la personalidad
• Esquizofrenia

Síntomas del trastorno de despersonalización

Los síntomas del trastorno de despersonalización pueden aparecer de manera gradual o repentina. Los episodios pueden durar solo unas pocas horas o días, semanas, meses o años.

Por otro lado, la intensidad de los síntomas varía con altibajos, pero si el trastorno es grave, los síntomas presentes pueden permanecer con la misma intensidad durante años o incluso décadas. Los síntomas de despersonalización incluyen los siguientes:

• El paciente se siente desprendido de cuerpo, mente, sentimientos y/o sensaciones.
• También puede sentirse fuera de contacto o sin control sobre lo que hacen o dicen, y pueden sentirse emocional o físicamente entumecidos. En estos casos, es posible que se describa a sí mismo como un observador externo de su propia vida, o como un “muerto viviente”.
• Experimenta una sensación de desapego del propio entorno (personas, cosas o todo), con una sensación de irrealidad.
• El paciente puede sentir como si estuviera en un sueño o sumergido en la niebla o como si una pared de vidrio o un velo lo estuvieran separando del entorno que lo rodea.
• El mundo se le aparece sin vida, sin color o artificial, o deformado. Los objetos, por ejemplo, pueden parecerle delgados o inusualmente livianos, o planos o más pequeños de lo que realmente son.
• Los sonidos pueden parecer más fuertes o más suaves de lo que realmente son, y el paso del tiempo demasiado lento o demasiado rápido.

Los síntomas casi siempre provocan un gran malestar, y para algunas personas son intolerables. La ansiedad y la depresión son frecuentes. Mucha gente teme que los síntomas sean causados ​​por un daño cerebral irreversible, otros se angustian por saber si realmente existen o intentan repetidamente establecer si sus percepciones son reales.

Tienen, además, grandes dificultades para informar sus síntomas y pueden temer o creer que se están volviendo locas, sin embargo, la mayoría es consciente de que las experiencias de desapego no son reales, sino que sólo representan su forma de percibir la realidad.

Tratamiento

El tratamiento para trastorno de despersonalización es necesario en casos persistentes e incapacitantes y tiene el objetivo más amplio de hacer frente a los eventos traumáticos en el origen de los síntomas.

Ahora, el enfoque multidisciplinario de la psicoterapia y la medicación que, tiene en cuenta el contexto de la historia de abuso o trauma, se asocia con los mejores resultados a largo plazo y menos recaídas. Obviamente depende de la persona y de la gravedad del cuadro. Algunos tratamientos efectivos para este trastorno son:

Psicoterapia

• Terapia cognitivo-conductual: Reconoce conductas angustiosas y las reemplaza por otras más funcionales.
• Terapia conductual dialéctica: Aborda trastornos conductuales graves después de abuso, trauma e intentos suicidas.
• Terapia familiar: El objetivo de la terapia es la persona en el contexto de la dinámica relacional familiar.
• Arte y musicoterapia: Explora y facilita la expresión de pensamientos, sentimientos y percepciones bloqueadas.

Drogas

No existen fármacos específicos para la despersonalización, por lo que se utilizan enfoques para tratar los síntomas concomitantes de la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo con:

• Ansiolíticos
• Antidepresivos
• Antipsicóticos (en casos de trauma complejo)

Conclusiones

El trastorno de despersonalización forma parte de los trastornos disociativos, un grupo de enfermedades unidas por la alteración de la experiencia subjetiva, usualmente, tras un trauma o estrés agudo (abuso, violencia, accidentes, desastres naturales).

Este trastorno generalmente se desencadena por estrés severo, particularmente abuso emocional o negligencia en la infancia, o estrés severo (como experimentar o presenciar abuso físico). La sensación de desapego de uno mismo o del entorno, además, puede presentarse periódicamente o ser continua.

Después de hacer pruebas para descartar otras posibles causas, los médicos diagnostican el trastorno según los síntomas. La psicoterapia, especialmente la terapia cognitiva conductual, suele ser útil para tratar este problema.

Francesc Sorribes

Codirector del Institut RET y del Posgrado y Máster en Terapia Racional Emotiva Conductual. Licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona (UB). Psicólogo General Sanitario colegiado nº 11.700 (COPC) con la acreditación de Experto en Psicoterapia por la EFPA (Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos) otorgado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (COP). Supervisor Internacional en Terapia Racional Emotiva Conductual y miembro asociado al Albert Ellis Institute de New York. También tiene formación de Posgrado en Terapia Sexual y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) y por la Universidad de Barcelona (UB), y entrenamiento en EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) por el EMDR Institute de San Francisco.

Presidente de la Asociación Española de Terapia Racional Emotiva Conductual (AETREC) y miembro de la Sociedad Catalana de Sexología Clínica (SCSC), de la Sociedad Catalano-Balear de Psicología (SCBP) de la Academia de Ciencias Médicas y Baleares (ACMB), de la Federación Española de Sociedades Sexológicas (FESS) y de la Asociación de Especialistas en Sexología (AES).