El fracaso como maestro: Aprende de tus errores
No sé si lo sabes, pero detrás de toda historia de éxito siempre hay fracasos ocultos. ¿Por qué lo digo? Pues, si te animas a leer la biografía de las personas más exitosas a escala mundial, casi siempre te encontrarás con una página llena de errores, rechazos y dificultades antes de alcanzar sus sueños.
Desde Michael Jordan (considerado el mejor basquetbolista de todos los tiempos) hasta Steve Jobs (el fallecido y famoso ex CEO de Apple), tienen un pequeño capítulo en sus vidas donde llegaron a experimentar el fracaso en carne propia.
Bueno, ¿pero qué dicen ellos al respecto? Ambos coincidieron en que no hay éxito sin fracaso y que alcanzar los sueños depende mucho de las veces que fallamos. ¿Esto es realmente cierto? Vamos a analizarlo a fondo en este post.
La aceptación del fracaso: ¿Qué tan difícil es?
Empecemos por preguntarte: ¿quién no se ha equivocado en la vida? Los errores son inevitables en la existencia del ser humano. Sin embargo, la sociedad nos ha hecho creer que fallar te hace un perdedor y, a raíz de esta visión estereotipada, a mucha gente le cuesta aceptar el fracaso.
Condenar el fracaso es lo que no has llevado a sentir miedo a cometer errores, de hecho, se ha comprobado que fallar suele golpear nuestro ego. Pero nadie es perfecto, nadie está exento a equivocarse o a pasar por momentos difíciles.
Aceptar que los fracasos son grandes maestros y que existen para hacernos crecer a través de la reivindicación con nosotros mismos, es fundamental para no declinar en aras de conseguir nuestros sueños.
¿Realmente aprendemos con los fracasos?
Si bien algunos deportistas y empresarios exitosos coinciden que de los fracasos aprendemos, hay un detalle muy importante. Y es que fallar a veces no siempre es visto como una oportunidad para crecer, pues resulta complicado ver algo positivo de una experiencia que nos parece desagradable.
Esta es una realidad que afecta, especialmente, a quienes no tienen mucha motivación de aprender de sus errores y de sus tropiezos en la vida. Centrarse en lo negativo de los fracasos no es nada saludable, incluso, hace que estas personas se queden estancadas y no quieran avanzar (por decisión propia).
Algunas investigaciones también sostienen que estas personas suelen tener cierta aversión al fracaso porque aprenden más de las historias de éxito que de las historias fracasos. Y que, en general, se trata de individuos jóvenes que no tienen experiencia y que se sienten derrotados con sus primeros tropiezos.
Le damos más importancia a las pérdidas que a las ganancias
Para Daniel Kahneman, quien tiene un premio Nobel de economía, la naturaleza del ser humano es darle más importancia a las pérdidas que a las ganancias. Y tiene razón.
Supongamos que te encontraste 20 euros en la calle, pero una hora después te das cuenta que has perdido 10 euros de esos 20 euros, ¿a qué le da más importancia? De seguro vas a lamentar más los 10 euros que la ganancia que obtuviste.
Esta aversión a las pérdidas las asociamos muchísimo con los fracasos y, a veces solemos quedamos allí: lamentándonos. El detalle es, que si bien estas pérdidas pueden afectarnos, también podemos aprender de ellas, detectando los errores que cometimos para evitar que ese escenario se repita.
El fracaso es algo temporal
Eso de aprender de los errores suena muy bonito, ¿verdad? No lo podemos negar. Ahora, esta frase es más fácil decirla que aplicarla en nuestras vidas. Por cuestiones de ego, a veces nos resulta bastante difícil aceptar que nos equivocamos.
Pero recuerda que un error lo comete cualquiera. No serás la primera ni la última persona que se equivocará o que fracasa en algo que se haya propuesto, pero más allá de eso, también hay que aceptar la idea de que los fracasos son circunstanciales.
Es así, los fracasos son temporales. No son más que pausas que debes hacer para reflexionar, crecer y avanzar. Recuerda que si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdido. No te rindas, si caes, levántate y anda. El verdadero error está en ponerte de rodillas ante las adversidades.
Otra claves para lidiar con el fracaso
El primer paso para que aprendas a lidiar con el fracaso es cambiarte ese “chip” de que el fracaso representa el final de un proyecto. ¡No, no y no! Todo lo contrario; debes verlo como un nuevo comienzo.
Puede que debas iniciar con otro proyecto o hacer cambios profundos, pero ya has ganado experiencia y seguramente has adquirido aprendizajes muy valiosos durante el proceso.
Ciertamente, este cambio de perspectiva es importante, sin embargo, hay otras claves para lidiar con el fracaso:
- Establece metas alcanzables. No puedes morder más de lo que puedes masticar, es decir, es necesario que fijes metas que puedes lograr en un periodo de tiempo decente. Tampoco es bueno hacerte ilusiones, porque de allí brotan las frustraciones cuando vemos que no logramos lo que imaginamos.
- Celebra tus pequeños logros. Es posible que seas exigente contigo mismo, pero también reconoce cuando has hecho las cosas bien y celébralo para mantener motivado.
- Habla con personas que saben. Sean familiares, amigos o mentores, cuéntales sobre tu experiencia o cómo te sientes, estoy seguro que podrán ayudar con palabras de aliento u orientándote.
Básicamente, la clave para aprender de nuestros errores y fracasos es haciendo un cambio de pensamiento y actitud ante estas situaciones. No hay que lamentarse, sino verlas como nuevas oportunidades.