6 pasos para ser persistente con tus metas
Te ha pasado que te propones ir al gimnasio al menos tres veces por semana y empiezas bien por un periodo de mes (o menos), pero ¿después de un tiempo lo abandonas? No me extrañaría. Y lo peor es que así te ha ocurrido con otras metas, bien sea con un emprendimiento, un viaje, aprender un idioma…
¿Por qué pasa esto? Bueno, quizá por falta de constancia. No te voy a mentir, ser persistente con tus metas no es una tarea sencilla. Y tal vez sepas lo que debes hacer para alcanzarlas, sin embargo, no tienes la disciplina ni el compromiso contigo mismo.
Si realmente quieres conseguir una meta, recuerda que si lo intentas puedes perder, pero si no lo intentas estas perdido. Es más, no se trata de perder o ganar, simplemente de persistir a pesar de los tropiezos, eso sí, corrigiendo los errores cometidos para no caer en un bucle.
Estas palabras pueden sonar de lo más básicas, aún así, es una realidad que a muchos no les gusta. Porque sí, lo más difícil es ser persistente. Entonces, ¿cómo puedo conseguir ser constante y disciplinado? Te lo enseñaré en 6 pasos para ser persistente con tus metas:
1.Establece una meta
Pasa algo de tiempo pensando acerca de qué resultados precisamente deseas lograr y sé tan específico como puedas. Establece un marco de tiempo para lograr cada parte de la meta final.
Con tus ojos en una meta que se pueda lograr razonablemente, a medida que la establezcas, pregúntate no sólo qué es lo que quieres lograr, sino porque quieres lograrlo.
Averiguar cuál es el motivo de la meta te proveerá de un propósito al principio y de motivación a medida que progreses hacia el objetivo. Te aconsejo anotar tu meta en un lugar prominente, como en un calendario de pared. Esto puede ser de mucha ayuda.
2. Divide la meta en partes más pequeñas
Divide la meta en un conjunto de tareas específicas que te tomen una cierta cantidad de tiempo en completar. Una meta de una hora se puede dividir hasta en segmentos de 15 minutos.
¿Por qué te recomiendo aplicar esta técnica? Pues, porque establecer muchas metas pequeñas dentro de una sola más grande te mantendrá motivado y por buen camino. De esta forma, también podrás trabajar de forma constante en lo que deseas y con un norte bien trazado.
3. Fija una cantidad determinada de tiempo cada día a la meta
Puedes empezar incluso separando 5 minutos cada día para trabajar en tu meta. Luego aumenta hasta 10 minutos cada día en la segunda semana y así sucesivamente. Si tienes un horario ocupado, esto hará que trabajar en la meta sea simplemente parte de tu rutina y estarás más propenso a llevarla a cabo.
Esta es una excelente idea para ir acercándote a tu meta de manera progresiva. No olvides que un proyecto propio requiere de mucho tiempo, por lo que si eres alguien con la agenda apretada, dedica algunos minutos al día para conseguir eso que anhelas.
Y no solo eso, así es que irás creando el hábito de trabajar en lo que deseas (bien sea poco o mucho tiempo), hasta conseguir ser disciplinado y sientas que no dedicarle tiempo a tu meta es una falta de respeto hacia ti mismo.
4. Crea un recordatorio de la meta en un lugar visible
Si tratas de ahorrar dinero para comprar una casa, pega una foto de la casa de tus sueños en la nevera. O si tu meta es pagar la tarjeta de crédito en un tiempo establecido, adjunta una copia del recibo en el espejo del baño.
No importa de cuál meta estás fijando, busca tener algo a tu alcance que te recuerde lo que deseas lograr. Si, por ejemplo, quisieras una recompensa en el trabajo, coloca una copia del anuncio de premiación del año pasado en tu escritorio.
5. Mantente fiel a tus valores al perseguir tus metas
Es muy fácil quedar atrapado en el momento y confundir la persistencia con el permiso para comportarse de una forma negativa. En vez de eso, mantente fiel a la idea de la persistencia positiva.
Trata a los demás como te gustaría que te traten. Sigue las reglas al perseguir el éxito. Descubrirás que mantener una actitud positiva y agradable también hará que otros estén más dispuestos a ayudarte a lograr tus metas.
6. No culpes a nadie si llegas a tropezar
Esto tenía que decirlo. En primer lugar, porque hay personas que son muy persistentes y disciplinadas, pero cuando se presentan los primeros obstáculos buscan culpables donde no los hay y no son lo suficientemente introspectivos para aceptar que cometieron un error.
Encasillarse en buscar responsables y no enfocarse en las soluciones, te pueden llevar a estancarte y, finalmente, perder la motivación hasta abandonar tus metas. Tú eres la única persona responsable de lo que pase durante el proceso.
Ya para terminar, quiero comentarte que estos seis pasos te ayudarán muchísimo, pero aplicarlos en tu vida cotidiana solo dependerá de ti (de nadie más). Las personas más exitosas lo saben muy bien. No te pongas excusas, evita lo procrastinación y no responsabilices a nadie si te tropiezas durante el camino. ¡Tú puedes!