La adicción al sexo, también llamada adicción sexual o hipersexualidad, comprende un conjunto de condiciones psicopatológicas unidas por comportamientos sexuales intrusivos y excesivos de los que depende el individuo. Hablamos de un trastorno que pertenece al gran grupo de las “adicciones conductuales” es decir, un conjunto de conductas patológicas como la ludopatía, la cleptomanía, la compra compulsiva, la adicción al trabajo y la adicción patológica a la comida.

Tal y como un adicto depende de consumir una sustancia (por ejemplo, alcohol, nicotina, cocaína o heroína), el adicto conductual depende de un comportamiento en aras de experimentar un sentimiento. Y si, de hecho, no pueden llevar a cabo el comportamiento, surge una ansiedad que solo puede ser apaciguada por la implementación de la propia conducta.

Este comportamiento, sin embargo, debido al fenómeno de la “tolerancia”, aumenta progresivamente en intensidad y tiende a volverse cada vez más intrusivo en la vida de la persona adicta. Hasta el punto de interferir en su vida social, profesional y/o relacional y, en los casos más graves, obligándola a realizar acciones ilegales que también pueden tener importantes implicaciones legales.

A continuación precisaremos a qué se le puede llamar adicción al sexo y cómo es el tratamiento psicológico:

¿Qué prácticas entran dentro de la hipersexualidad?

En la adicción al sexo, el comportamiento adicto es sexual. Ahora, por comportamiento sexual, entendemos cualquier práctica que tenga como objetivo la búsqueda del placer sexual, como

• Tener fantasías sexuales
• Sexo
• Voyeurismo
• El frotteurismo
• Prácticas sadomasoquistas
• La recopilación de material pornográfico y/o de pornografía infantil
• El uso de juguetes sexuales y muñecas sexuales
• Exhibicionismo
• Masturbación
• Promiscuidad sexual
• El uso de chats de sexo
• Prácticas fetichistas
• Zoofilia
• Necrofilia,
• Frecuentando clubes de striptease
• Sexo pagado
• Acoso sexual
• Pedofilia

La adicción al sexo abarca cualquier otra conducta que tenga por finalidad la búsqueda incesante del placer sexual y que hace a la persona dependiente de experimentar ciertas sensaciones.

Tratamiento de la adicción al sexo

El tratamiento de la adicción sexual utiliza varias herramientas, incluida la psicoterapia, los grupos de apoyo mutuo y los medicamentos. Podemos decir, por tanto, que no existe un tratamiento único que se adapte a todos los aspectos de esta adicción.

Los especialistas, de hecho, deben implementar todas las modalidades óptimas de tratamiento psiquiátrico, farmacológico y psicológico disponibles que aborden el ciclo de la adicción para restaurar el equilibrio mental, físico y sexual del paciente.

E independientemente de la connotación conferida a estos pacientes (compulsivos, impulsivos, hipersexuales o adictos patológicos), el tratamiento generalmente consiste en enfoques ampliamente adoptados para las adicciones a sustancias, como:

• Terapias grupales e individuales.

• La entrevista motivacional.

• Enfoques cognitivo-conductuales para identificar desencadenantes.

• Técnicas dialéctico-conductuales para gestionar el deseo intenso.

• Estrategias de prevención de recurrencia.

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• Terapias orientadas a la introspección para identificar causas más profundas.

• Terapia familiar para la resolución de conflictos.

• Cuidado del ejercicio y la nutrición.

• Tratamiento de patologías psíquicas y adicciones coexistentes.

• Derivación a grupos de ayuda apropiados para la implementación de programas de Doce Pasos.

• Terapia con medicamentos psicotrópicos dirigida a disminuir los comportamientos sexuales alterados, reducir los antojos, mejorar los resultados de las experiencias sexuales deseadas y tratar los trastornos psiquiátricos asociados.

En los Estados Unidos, muchos centros ambulatorios y residenciales se basan en el modelo de adicción para el tratamiento de la compulsividad sexual y la adicción al sexo patológico.

Aspectos importantes de en el tratamiento

En los últimos años, se ha desarrollado un programa específico que incluye un conjunto de manuales operativos destinados al tratamiento de pacientes con adicción al sexo. Estos manuales contienen ejercicios caseros y lecturas útiles durante el primer año de tratamiento.

Un aspecto que puede sorprender en la práctica clínica es que los sujetos con hipersexualidad, generalmente, no suelen ser buenos en el desempeño sexual. Estos pacientes persiguen febrilmente sus conductas sexualmente alteradas, sin embargo, suelen tener dificultades en la intimidad con sus parejas. Y además del tratamiento de la adicción, necesitan un tratamiento dirigido a la sexualidad, que generalmente utiliza un enfoque cognitivo conductual.

La eyaculación precoz, la disfunción eréctil, la anorgasmia y la “anorexia sexual” (es decir, períodos prolongados en los que el sujeto adicto no tiene actividad sexual) son frecuentes.

Veamos otras características que inciden en el tratamiento de este tipo de adicción:

• También se ha desarrollado un programa terapéutico específico para la sexualidad en los trastornos sexuales, sin embargo, estas intervenciones conductuales deben adaptarse a pacientes con adicción sexual patológica.

• El tratamiento no puede emprenderse hasta que el paciente haya logrado el control de su disfunción conductual.

• Otro aspecto sorprendente en la práctica clínica es cómo paradójicamente en algunos casos el tratamiento de la adicción al sexo puede empeorar el matrimonio o la relación.

• Se ha observado que en familias con problemas de alcohol, esta sustancia puede ser el elemento que mantiene unida a la pareja, soporta la disfunción en el matrimonio y/o ayuda a evitar problemas personales.

• Asimismo, la recuperación de la adicción al sexo, a menudo, abre nuevas preguntas sobre la relación marital. Las parejas afectadas pueden sufrir anorexia sexual, prácticas sexuales no deseadas y/o disfunciones sexuales, lo que a veces explica por qué pueden encontrar “aceptable” vivir con la frecuente falta de intimidad sexual.

Conclusiones

La adicción al sexo, en definitiva, engloba un conjunto de condiciones psicopatológicas caracterizadas por pensamientos y fantasías sexuales intrusivas asociadas con la pérdida de control sobre el comportamiento sexual.

Como se mencionó, las personas con hipersexualidad, normalmente, tienen disfunción sexual, de manera que a menudo se necesita un tratamiento conjunto para promover relaciones saludables y una vida sexual satisfactoria durante la fase de recuperación.

El tratamiento a la adicción sexual no siempre es el mismo, lo que significa que varía de acuerdo a las características del paciente, como su desempeño en la intimidad, la influencia en su vida marital y cómo su necesidad de sexo incide en sus labores cotidianas. Dependerá del especialista decidir cuál es el camino a seguir para abordar el problema de forma óptima.