La pareja tras la maternidad

La pareja tras la maternidad

Le llegada de un hijo o una hija trae consigo cambios importantes. Y es que la pareja tras la maternidad pasa a ser familia, ya no sois solo dos, sino que ahora sois tres (o cuatro), por tanto, la relación se torna más compleja, pero también más rica y profunda.

Es un hecho, la transición de pareja a familia, generalmente, se acoge con muchísima alegría, pero el nacimiento de un hijo/a puede comprometer el equilibrio, generando una crisis en la relación. Sobre todo porque se requiere realizar varios cambios relacionales, como redefinir la relación, construirse como progenitores, incluso, renegociar roles y posiciones frente a las familias de origen (abuelos/as del niño/a).

La pareja tras la maternidad implica convertirse en padre y madre, lo que supone una serie de cambios sustanciales que pueden afectar profundamente a la calidad de la relación. Ambos pueden experimentar la sensación de soledad, fatiga, frustración, insuficiencia y la sensación de estar en una jaula.

Es precisamente en estos temas que ahondaremos en este post, incluso, compartiremos algunos conejos sobre cómo abordar esta situación.

 

Índice de contenidos

Cambios comunes en la pareja tras la maternidad

Toda pareja tras la maternidad se encuentra en la necesidad de reorganizar funciones y tareas. El objetivo es crear un espacio físico y mental para el/la peque y mantener un espacio individual y de complicidad.

 

La inversión masiva de energía y tiempo que se ocupa en el niño o la niña conduce a una reducción de la dimensión erótica-romántica y de intimidad, mientras que la solidaridad y la inversión práctica se convierten en una prioridad.

 

Estos aspectos son necesarios para el cuidado del pequeño/a pero, si se exasperan, matan la intimidad y la armonía y conducen a una crisis de pareja. El mayor compromiso, además, recae en la madre, quien adquiere el nuevo rol a expensas de su compañero, lo que podría hacerla sentir marginada.

 

He aquí donde derivan algunos cambios que terminan perjudicando la relación. Estos son:

 

  • Los conflictos suelen tener origen en el reparto de responsabilidades, por lo que puede ocurrir que uno se sienta más comprometido que el otro/a y que no sea visto y apreciado por ello, sino que lo dejen solo.
  • La llegada de un hijo/a puede generar celos inesperados, porque el/la peque se convierte en el principal centro de atención.
  • Puedes sentirte sola/o y al margen porque ya no encuentras la cercanía que existía en el pasado.
  • La pareja tras la maternidad debe negociar la actitud educativa a establecer con el niño/a. Tener opiniones diferentes no es disfuncional si hay una sola línea educativa que comunicar al/la peque para que experimente la continuidad.
  • La sexualidad, sobre todo al principio, se ve fuertemente afectada por la llegada del niño/a. De hecho, pueden existir dificultades prácticas con respecto a la falta de tiempo y problemas físicos en el cuerpo de la mujer que reducen la frecuencia de las relaciones sexuales.
  • También puede haber algunas dinámicas psicológicas que interfieren con la vida sexual.
  • Los cambios corporales a causa del embarazo y al parto a menudo son experimentados negativamente por la mujer. El hombre también puede sentir experiencias desagradables ligadas a una visión diferente del cuerpo y la sexualidad femenina.

La pareja tras la maternidad

Motivos que generan la crisis de pareja tras el nacimiento de un hijo

Además de los cambios se suscitan en la pareja tras la maternidad, existen algunos factores que conducen a una crisis en la relación después del nacimiento de un hijo/a. Vamos a precisarlos a continuación:

  • Difícil manejo del cuidado del recién nacido, de uno/a mismo/a, del propio cuerpo, del hogar y de las familias de origen.
  • El padre y la madre se encuentran en el equilibrio entre estas tareas y, a menudo, la falta de apoyo mutuo exacerba la carga de los esfuerzos prácticos que parecen insuperables.
  • Tener miedo de un sentido de responsabilidad hacia el niño/a, en general, tiene un sentimiento de inadecuación hacia el papel de progenitor.
  • Las dificultades no se afrontan juntas, cultivando el diálogo y escuchando al otro/a. Los compromisos, experiencias y emociones más profundas no se comparten. Puede suceder que sintáis una profunda sensación de soledad y abandono, lo que puede socavar la confianza y el sentido de unidad.
  • Una vida de pareja caótica para la que no es posible labrar momentos de pareja y se sacrifica la intimidad.
  • Los celos y la decepción (discreta) que tiene un compañero/a hacia el otro/a por la falta de armonía, complicidad y atención.
  • Problemas de comunicación y depresión posparto

 

Cómo abordar esta situación

Hablar de los cambios de la pareja tras la maternidad y los factores que, habitualmente, generan una crisis en la relación, también supone abordar la soluciones que los problemas.

Por este motivo queremos contaros cómo lidiar con esta situación que no suele ser nada sencilla, en aras de establecer un nuevo equilibrio:

  • Mantener un espacio reservado para ambos tiene que ser un momento estable y regular en el que recuperar la armonía.
  • Ayudarse unos a otros y hacer equipo. Puede ser útil apuntar las cosas por hacer y llegar a una subdivisión compartida y razonada de compromisos.
  • No descuidarse física y emocionalmente, procurando no tener como único pensamiento las necesidades del niño/a, sino también las propias.
  • La sexualidad normalmente tiende a decaer, sin embargo, es fundamental crear espacios de intimidad para que ambos tratéis de encontrar un nuevo equilibrio y superar los cambios en el cuerpo.
  • Trabajar la comunicación, hablar y compartir el cariño, las alegrías pero también las penas.
  • Apreciarse y alentarse mutuamente. Sentir la estima y la confianza del compañero o la compañera en sus habilidades de crianza, ayudará tanto a la nueva mamá como al nuevo papá a sentirse más seguro/a y competente.
  • Pide ayuda a tu pareja y a la red de familiares y amigos para gestionar las dificultades.
  • Proteger a la nueva familia de las intrusiones de las familias de origen, que pueden cambiar el concepto de apoyo por el de intromisión en la educación y gestión del recién llegado. Ello, puede crear fuertes tensiones entre los socios que conducen a reclamos mutuos.

 

Si la situación se vuelve tensa, conflictiva y con dificultades de comunicación, lo recomendable es pedir apoyo psicológico y psicoterapia para afrontar la crisis de pareja tras la maternidad.

 

Conclusiones

No nos engañemos, regresar a casa con un recién nacido altera el equilibrio y el momento de los nuevos progenitores que, pueden llegar a sentirse más estresados y frustrados en esta nueva situación.

Los nuevos padres y madres, de hecho, hablan a regañadientes de estas emociones porque los asocian con sentimientos de culpa y son diferentes a los soñados. Es frecuente que estas experiencias vayan acompañadas de una profunda insatisfacción conyugal que puede explotar en una crisis de la pareja tras la maternidad.

Todo ello, repercute en severas rencillas, distancias mutuas y decepciones que pueden convertirse en separaciones y traiciones. Es bueno, por tanto, tratar de no olvidar a la pareja, hacer equipo y seguir las recomendaciones descritas en este post.

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