Celos y posesión

¿Por qué se producen?

Los celos son emociones negativas (pero no necesariamente malsanas) que se originan ante nuestra percepción (subjetiva u objetiva) que nuestro amado o cuidador presta atención o interés hacia otra persona que no somos nosotros. Esto supone una amenaza ante la posible pérdida de afecto o interés hacia nosotros lo que nos conduce a sentirnos celosos y posesivos con respecto al otro.

¿Cuándo se convierten en un problema?

En primer lugar, es preciso distinguir entre los celos que llamaremos racionales y los celos irracionales.

Los primeros (los celos racionales) se fundan en nuestro claro deseo de continuar con la relación con la persona amada y nuestra preocupación porque ésta se rompa por otra persona. Esto nos lleva a sentirnos molestos o preocupados pero no muy perturbados. Es lo que diríamos lo que les pasa a las personas no celosas.

Los segundos (los celos irracionales) se orginan cuando exigimos de manera absolutista una atención e interés exclusivo hacia nosotros, y nos sentimos horrorizados y desvalorados ante la posibilidad que muestre interés por otros o incluso dejarnos. Esto nos conduce a sentirnos ansiosos, rabiosos o deprimidos, a pensar obsesivamente esta posibilidad, a ser suspicaz con el otro y a exigir pruebas de compromiso y fidelidad: la posesión.

Los celos empiezan a convertirse en un problema cuando pasan a ser irracionales, porque generan un intenso malestar, hacen perder el control a la persona y conducen muchas veces a que suceda aquello que temen: la ruptura de la relación.

¿En qué personas es más frecuente?

Es más susceptible que suceda en personas que tengan una baja autoestima o sentimiento de inferioridad y una fuerte necesidad de aprobación y perfección, lo que le conduce a tener fuertes exigencias hacia el otro para evitar sentire infravalorados: “debo tener la garantía que tu amor es para siempre y exclusivo hacia mí o de lo contrario no valgo nada y no podré ser feliz”.

Además suelen tener varias creencias irracionales sobre el amor:

  • necesito su amor para ser feliz
  • las mujeres o los hombres son infieles por naturaleza
  • tengo que tener el control de la relación en todo momento, si me relajo seguro que se irá con otro/a
  • si te dejan es que no vales mucho
  • no se puede confiar en las personas acabarán engañándote o defraudándote – necesito que esta relación vaya perfectamente, de lo contrario hay algo defectuoso en mí

¿Es posible dejar de ser una persona celosa?

Claro que sí, aunque no es fácil. Los seres humanos tenemos una tendencia tanto innata como aprendida de autogenerar creencias irracionales pero también tenemos una habilidad para poder cambiar dichas creencias y dejar de ser celosos irracionales. Pero para poder cambiarlo necesitamos tiempo y mucho esfuerzo personal.

¿Cómo se aprende a dominarlos?

Desde la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), se usan tanto técnicas cognitivas, emotivas como conductuales.

Primero, la persona puede hacer una lista de las desventajas de los celos irracionales y las ventajas de los celos racionales para aumentar la conciencia y motivación para el cambio.

Entre las técnicas se encuentran:

  • Establecer un tiempo fijo cada día de 15 minutos donde se fuerze a tener pensamientos celosos a solas, pero fuera de ese tiempo forzarse a pensar en otras cosas.
  • Cuestionarse de maneran científica los pensamientos celosos: ¿Tengo pruebas que mi pareja se ha ido con otro? ¿Es lógica la conclusión que he sacado en base a estos hechos? La mayoría de las hipótesis o suposiciones de estas personas las convierten en teorías o hechos verídicos que acaban confirmándolo en la realidad; es decir, buscan datos que acaben confirmando lo que estaban pensando e ignoran los datos que lo desconfirman. Por tanto, una buena manera de trabajar consiste en que la persona se convierta en un buen científico.
  • Otra técnica que ayuda es la de parar el pensamiento. Es decir, cada vez que uno tenga un pensamiento celoso se repite tres veces la palabra “stop, para, basta”, se imagine una señal de stop o un semáforo rojo, y luego piense en algo relajante como un recuerdo o lugar especial. Esto que lo haga cada vez que le venga un pensamiento hasta que no los tenga.
  • Una pauta que se les da a las personas celosas es que no pregunten o interroguen a la pareja. La prohibición sirve para no deteriorar más la relación y no encadenar nuevas preguntas o nuevos datos que hagan que la persona vuelva a dudar.
  • Aceptarse incondicionalmente con sus pensamientos celosos. Sabemos que las personas celosas se sienten despreciables y se condenan por tener estos pensamientos, lo que les conduce a mayor malestar y a tener más pensamientos celosos o de inseguridad con la relación. Aceptarse incondiciaonalmente significa que se acepten como seres humanos falibles que pueden tener pensamientos “malos” pero no por ellos son condenables.
  • Usar frases racionales y repetirlas enérgicamente varias veces al día como:

• “Quiero a mi pareja, pero puede seguir siendo feliz si ella no me quiere”

• “Que me dejen no significa que no tenga valor como persona”

• “Que exista la posibilidad que sea infiel, eso no signfica probabilidad o certeza”

• “No todas las personas son iguales, pensar que todos los hombres/mujeres son infieles es una generalización”

• “Las personas que queremos muchas veces no se comportan como esperábamos porque son falibles, eso no quita que no podamos confiar nunca”

• “Que la persona le guste o siente interés por otro, eso no significa que no esté interesado en nosotros. Rara vez, las personas somos exclusivos”

“Reglas conductuales de Taylor”

  1. no espíes ni fisgones
  2. no confrontes ni entrampes
  3. cuando pienses que tu pareja está teniendo una aventura, mantente al margen

¿Cómo pueden ayudar la pareja o familiares a la persona que los padece?

Cuando una persona siente celos tiene un problema psicológico y por tanto necesita ayuda de un psicólogo. Es muy frecuente que las parejas o familiares intenten confrontarlo y hacerle ver que sus pensamientos no son realistas, y les expongan una serie de datos o reaseguraciones que alivian momentáneamente a la pesona celosa pero que no solucionan nada. Es decir, cuando les proporcionamos toda clase de datos lo que hacemos es reforzar “su necesidad de tener la garantía y exclusividad” y por tanto la próxima vez tardará menos en exigir esa prueba porque le alivia.

Además de decirle que vaya al psicólogo, los familiares y pareja pueden intentar aceptarlo incondicionalmente con sus celos, sin juzgarlo ni condenarlo. Intentando genuinamente ayudarlo. Cuando lo condenan o juzgan, lo que hacen no es cambiarle, sino aún le generan más celos debido a que van perdiendo “la garantía o interés” y van teniendo la sensación que van confirmando sus creencias de abandono y de inferioridad.

También, ayudar los familiares o pareja a no sentirse culpables. Enseñarles a ver que los celos del otro son debido a sus pensamientos y problemas psicológiocos y no a nuestras acciones o comportamientos. Cuando no sentimos culpables pensando que quizás nosotros le hemos provocado los celos, caemos a la trampa y reforzamos su conducta.

Por último, uno de los consejos que se les da a los familiares o pareja es que intenten extinguir cualquier respuesta a preguntas celosas. Es decir, no contestar o ignorar la pregunta, informando que no van a responderle. Esto, puede hacer irritar mucho al otro al principio porque sienten “la necesidad de saber” pero posteriormente esta urgencia va disminuyendo hasta que desaparece. Es una manera de romper el círculo vicioso.

¿Existe alguna similitud entre los celos en cuestión de pareja y los celos, por ejemplo, de un niño con su hermano pequeño?

De hecho, lo que cambia es el contenido del pensamiento pero no el tipo de pensamiento. En este caso, el miedo es a la pérdida de la atención o afecto de la madre y la búsqueda constante de su atención para tener la garantía de su amor.

¿Existen tratamientos psicológicos para los celos?

Claro que sí. Uno de los tratamientos más eficaces es que el que usa la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) y la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC).

¿En casos extremos de celos, como por ejemplo, los que se presentan en algunos casos de violencia doméstica, se puede hacer algo al respecto?

Siempre intentamos intervenir en todos los casos. Lo importante es que en casos extremos necesitamos un control mayor para evitar males mayores. Es decir, primero la intervención se centra en generar una distancia física entre los dos para poder trabajar mejor, ya sea ingresando en un centro o pactar una separación temporal.

Todas las personas podemos cambiar si tenemos voluntad en hacerlo, ya que el cambio viene de cambiar nuestras creencias irracionales que tenemos con respecto a nosotros mismos, los otros o la vida. No se trata de un cambio fácil, pero con la ayuda de un psicólogo adecuado que le guíe y un esfuerzo personal, uno puede cambiar.

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